viernes, 3 de octubre de 2014

Lámparas Fluorescentes: 

Se componen de un tubo de vidrio que contiene una pequeña cantidad de mercurio y 
de gas argón. Al circular la corriente eléctrica por dos electrodos situados a ambos 
lados del tubo, se produce una descarga eléctrica entre ellos, que al pasar a través 
del vapor de mercurio produce radiación ultravioleta. Esta radiación excita una 
sustancia fluorescente con la que se recubre la parte interior del tubo, transformado 
la radiación ultravioleta en radiación visible, que en función de la sustancia 
fluorescente utilizada puede tener distintos tonos y colores. 
Tienen un mayor rendimiento que las lámparas incandescentes, pero son más caras 
y requieren un equipo complementario. Este equipo complementario se encarga de 
limitar la corriente y desencadenar el proceso de generación del arco eléctrico entre 
los dos electrodos que da lugar a la radiación visible. Para limitar la corriente se 
debe colocar en serie un dispositivo que limite la corriente máxima que lo atraviesa. 
Para ello, se usa una impedancia inductiva (bobina) denominada balasto o 
reactancia. Esta bobina produce un desfase negativo de la corriente, por lo que se 
suele colocar un condensador en paralelo con la línea para mejorar el factor de 
potencia del conjunto. 

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